Colombia y su verde: esmeraldas, selva, sin olvidar la coca antes de ser blanco veneno. Y un partido político, con el ecológico, poco feliz nombre de Verde Oxígeno, y su candidata a la presidencia del país en 2002, Ingrid Betancourt, quien vivió su ordalía como rehén de las FARC a fuerza de verde esperanza y ahora la narró en las 710 páginas de No hay silencio que no termine (Aguilar), con sus tapas verdinegras: selva y barrotes.
¿Valiente u oportunista? ¿Heroína o víctima? ¿Santa Juana de los Andes o farsante? Cuando el 23 de febrero de 2002, de visita a sus candidatos en San Vicente del Caguán, zona de alerta guerrillera, las FARC la secuestraron, se la vio como víctima? ¿inocente? Sabía del peligro del área, mas allá de la jungla con su fauna mortal y su flora crepitante de amenazas, más allá de esa biogeografía que pasa factura por cualquier debilidad humana. La ex senadora de 42 años se arriesgó, y su secuestro activó a la prensa internacional. Hubo voces de gobiernos, organizaciones y ciudadanos de ambos lados del Atlántico, así como las habría tras su impecable liberación por el ejército colombiano el 2 de julio de 20081, llenándola de honores. La Legión de Honor, entre otros.
Su firma en el relato garantizaría la autenticidad de un material que la escritura ajena podría alterar? pero aun lo autobiográfico, conscientemente o no, puede no ser del todo fiel a los hechos. Clara Rojas, candidata a la vicepresidencia y compañera de cautiverio, la acusó de desvirtuar detalles sobre el nacimiento del bebé que ella -Clara- diera a luz en la selva, pero el texto no revela ninguna infidencia. Los rumores suelen "prender", sobre todo si son escandalosos.
Elecciones
No hay silencio que no termine participa del género autobiográfico y del relato de no-ficción, recreación de hechos reales que usa algunos recursos novelísticos de intención estetizante. Como autobiografía, el yo, narrador y actor, se convierte en un microcosmos que abarca su espacio y constituye el discurso colectivo de un universo de cosas, un topos, un cosmos2, en este caso digno de ilustrar un curso de dinámica de grupos con el poder como primer motor. Como relato de no-ficción, parte de su fruición está en la tensión entre lo que el texto dice y lo que los medios informan3. Ella ya había escrito un libro de corte político, La rabia en el corazón, denunciando la corrupción que anula todo intento de mejorar las condiciones de vida en Colombia. Este segundo libro pone en evidencia, sin enfatizar, que la opción revolucionaria no ofrece nada mejor. Es una izquierda nutrida de resentimientos y carencias, con unos 18.000 miembros cuyo ingreso es opción de hierro como estrategia de subsistencia, y cuya rígida disciplina brota del miedo y la ignorancia. Es un mundo donde hay niños que aprenden a matar sin sentir nada y niñas cuya negativa a satisfacer sexualmente a sus compañeros se considera falta de solidaridad revolucionaria, y deriva en abortos o secuestros de bebés.
Las peripecias vividas por Betancourt en su cautiverio de seis años son dignas de conocerse en ese discurso claro, sin pretensiones literarias, con interesantes toques descriptivos. Las elecciones de vida marcan nuestro futuro, y también las elecciones que la vida toma por nosotros. Betancourt eligió ir a ese lugar, pero no sufrir seis años de humillaciones, torturas físicas -cuatro años encadenada a un árbol con argolla al cuello, golpes, enfermedades-, y torturas morales -insultos, negativa a complacer pedidos4, humillaciones, amenazas-. Su voluntad de vivir en libertad la empuja a cinco intentos de huida, todos fallidos. Se retrata, pues, como un ser humano en constante aprendizaje frente a los desafíos.
Betancout no deja pasar el toque mítico de su periplo: titula al capítulo 58 -de los 87 del total- El descenso a los infiernos, marcando el momento en el que el héroe mítico pasa por el máximo sufrimiento y todo parece perdido, pero luego resurge y llega al triunfo. Claro que entre los pasos que el héroe mítico ha de cumplir está el de regresar a su gente, a su pueblo o a su reino con algo valioso y vital para toda su comunidad, sea una flor que devuelve la vista o la salvación eterna. En este caso, se esperó de ella mucho más que posar, muy elegante, para cientos de entrevistas: tal vez un accionar que permitiera tapar la boca a quienes ven en las FARC respetables antagonistas, o señalar a los que alientan el narcotráfico, es decir, a los consumidores de toda nacionalidad y pelaje, ya que, mientras existan, la oferta del producto cambiará de manos o de geografía, pero seguirá floreciente.
Enfoques alternativos
Junto al lanzamiento mundial del libro, salió en Francia una historieta que caricaturiza a Betancourt como Ingrid de la jungle5, ambiciosa política que, buscando notoriedad, se hace secuestrar por guerrilleros de la Farce que lucen remeras con el Chien Guevara, apoyada por Sarko y su esposa Carla Brutti. Según Eduardo Fabbre6, la historieta despliega "una crueldad de alto voltaje" contra Ingrid, fruto de tanta exposición mediática, de su ira al no recibir el Nobel de la Paz y de los comentarios sobre ella en 967 días en la selva colombiana, el libro de sus compañeros de prisión, los estadounidenses Stansell, Howes y Gonsalves -este último, involucrado en un romance con ella-; y en Cautiva, el libro de Clara Rojas. El golpe de gracia a su imagen sería su demanda de "compensación" por siete millones de dólares a Colombia, que luego retiró. Hubo también un pedido a Francia, por 450.000 euros.
Todo verdor perecerá? ni esmeraldas ni laureles para Ingrid. La selva pasó. Sus sueños políticos no maduraron. Nada de ventas arrasadoras de su libro. Crece el escepticismo en torno a ella, alejada de Colombia, disfrutando de su madre y sus dos hijos, pero sin hacer nada por otros cautivos de las FARC. Cuando su amigo Lucho es liberado, ella le dice "Quiero que me jures que te vas a comer la vida a mordiscos", y es eso lo que parece estar haciendo ella, tras el fracaso de su último sueño, color verde dólar. © LA GACETA
Eugenia Flores de Molinillo - Profesora de Literatura Norteamericana de la UNT.
Notas:
1) La impecable Operación Jaque, realizada con profesionalismo extremo y cumplida sin que nadie fuera herido, liberó a 15 secuestrados y tomó prisioneros a dos altos jefes de las FARC.
2) Michel Beaujour, Poetics of the Literary Self-Portrait. New York: New York University Press, 1991.
3) Ana María Amar Sánchez, El relato de los hechos: Rodolfo Walsh, testimonio y escritura. Rosario: Beatriz Viterbo Editora, 1992.
4) Es emblemático el episodio en el que el comandante niega a Ingrid la medicina que su amigo Lucho necesita; ella lo acusa de estar cometiendo un "crimen de lesa humanidad", a lo que él responde: "La noción de lesa humanidad es una noción burguesa." Igualmente significativa es la explicación del Comandante César al hecho de que se financia la guerrilla con el narcotráfico para "evitar más secuestros extorsivos".
5) El libro, de 46 páginas, es de los franceses Serge Scotto, Eric Stoffel y Richard Di Martino.
6) Eduardo Fabbre, El mundo de Ingrid ya es una caricatura, Página/12, 19-9-09.